Se le hacía difícil creerlo, pero era verdad.
Se enteró hoy al medio día, aunque en ese rato, su día se transformó en noche.
El dolor interno no se podía describir, pero podía comprenderse y explicarse.
Sí… todo había sucedido hoy en la madrugada, a causa de la imprudencia de un chofer, “muy vivo” que se alucinaba meteoro. Tan “vivo”, que por su culpa murieron 40 personas, no 1 ni 2 ni 3, fueron 40 “MUERTOS. Entre ellos su Primo Hermano, que en realidad era más que eso, era tambien su fiel amigo, compañero, y consejero.
Sí…Había muerto a causa de un accidente de tránsito, y recién había cumplido 29 años.
El llanto y el dolor, intoxicaba y desintoxicaba la atmósfera de toda su familia. En la mente se alborotaban las imágenes grabadas de sus gestos, sus actitudes, y sus expresiones.
Había sido inesperado, si, lo admiraba, sí, pero nunca se lo dijo…
Y aunque pretendía hacerse el fuerte, estaba gravemente herido por dentro, y le costaba aceptar que se había ido para siempre…