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miércoles, 24 de marzo de 2010

El anécdota de la monedita…!!!

Si…Aún recuerdo aquella vez, en que salía de la universidad, apresurado para ir a casa y almorzar la tan deliciosa comida, a la que me tiene acostumbrado esa señora, que es mi madre.

Y así, subí en ese micro, esos que te cobran 50 céntimos el medio pasaje, en verdad no sé porque cobran menos que los otros. Probablemente sea para ganar clientela y hacerle la competencia a las otras empresas. Si seguro que si. No sé

Bueno y como había asientos disponibles, decidí sentarme en uno de ellos, me apegué a la ventana, y empecé a observar, a las personas, a las calles, los anuncios, las tiendas, los otros buses, empecé a ver la vida desde un viaje. De pronto sentí que alguien se sentó a mi costado, giré a mirar y era una mujer con lentes oscuros, de cabello claro.

No voy a negar que me pareciera una chica guapa. Continué mirando a las personas pero la chica volteaba a ver, y yo no podía darme cuenta si su mirada se dirigía hacia mí; o al igual que yo miraba hacia la ventana. Me sentí intimidado, porque su mirada era fija, porque su mirada no era ni seria, ni risueña porque parecía que me estaba observando, mis pensamientos respecto a la vida se bloquearon, y se tornaron hacia su mirada.

Yo iba a bajar, y el cobrador como es usual, pasó cobrando los pasajes, yo estaba un poco nervioso, y no logre entregarle la quina correctamente y la monedita cayó.

Y cayo allí, No en el asiento, No por los zapatos del cobrador, ni en las manos de la chica, cayó en la parte más intima de esa mujer, siiiii justooo allí... Como si la moneda hubiese sido atraída por un imán, o porque era una monedaita de sexo masculino.

El cobrador solo sonrió, otras personas de asientos cercanos, también se percataron y comenzó la risa múltiple y yo palteado.
Y ella ni tan solo una sonrisa, parecía que ni siquiera le había afectado. Parecía que ella estaba en otra. Fácil por eso, usaba los lentes.
Ella solo atinó a estirar sus manos y con la punta de sus dedos, sacó la monedita y se la dio al cobrador.
Discúlpame le dije. No me contestó.
Le pedí permiso para salir, y bajé palteado habiendo experimentado una anécdota más en la vida.

5 comentarios:

Ignuz dijo...

WOW...

Muy peculiar anécdota. Siempre he creído que las mejores anécdotas son las que ocurren en los micros. Personalmente, a mí sólo me ocurre que se sienta una chica preciosa cerca de mí, me dan ganas de hacerle el habla, pero nada... el micro no es lugar para sociabilizar.


Respecto a lo de conformismo y mediocridad. Creo que el conformismo es sólo una actitud parte de la mediocridad. La mediocridad es más general. Más grave es la suma de los factores que cada factor.

Sr Brutal dijo...

Ya te conté sobre mis anécdotas de micro y lo mal que las manejo. Suerte con la proxima moneda.

Jorge Chávez dijo...

Sr Brutal : Suerte con la próxima moneda, hay que ser más arriesgado. lo voy a tener en cuenta. Graciass!!!
Ignuz : Si, en los micros pasa de todo, te ves cara a cara con todos, pero con ninguno hablas, van al mismo lugar, pero no se dicen ni A...( el micro podria ser un lugar para poner en práctica nuestro nivel de socializacion... Saludos!!!

Pumara dijo...

que roche, una vez cuando el carro freno un tipo me agarro un seno, pero note q fue de casualidad, porque se palteo horrible, me enoje, le tire un cachetadón, justo me tocaba bajar, l gente se rio y el tipo estaba ya muy muy rojo de vergüenza

Jorge Chávez dijo...

@Pumara no lo puedo creer, sabias que fue de casualidad pero igual le metiste un cachetadón pobre hombre, y encima delante de toda la gente...eso debio haber sido vergonzoso...